Sevilla, siglo XVI. Un niño es encontrado junto al cadáver de su madre, muerta de peste, y rescatado de una muerte segura por un misterioso personaje que lo deja en un orfanato.
Sancho, que así se llama el chico, alcanza la edad en la que debe abandonar el orfanato y por circunstancias de la vida se convierte en un ladronzuelo más de los que pueblan las calles de Sevilla.
Es una historia de aventuras, de espadachines, mendigos y poderosos corruptos ambientada principalmente en los bajos fondos de la Sevilla del siglo XVI.
El autor rinde un pequeño tributo a la literatura narrando un curioso encuentro entre Cervantes y Shakespeare en una taberna sevillana y convirtiéndolos en coprotagonistas en la parte final de la novela.
Narrada ágilmente, es una novela interesante y entretenida.
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