lunes, 2 de noviembre de 2015

El ejército de Dios - Sebastián Roa

Año 1174. El imperio almohade, fortalecido tras someter todo al-Ándalus, se dispone a lanzar sus inmensos ejércitos sobre los divididos reinos cristianos, a cuyos pobladores obligará a convertirse al islam so pena de pasarlos a cuchillo o hacerlos esclavos.

Frente al fanatismo africano, el rey Alfonso de Castilla trata de lograr un equilibrio que supere las rivalidades entre cristianos y lleve a la unión contra el enemigo común. En El ejército de Dios, las tramas de pasión, intriga, guerra y ambición se entrecruzan de manera magistral.

La constante rivalidad entre los reyes de León y Castilla, auxiliados respectivamente por las poderosas familias de los Castro y los Lara, se verá tamizada por la intervención de una hermosa y astuta noble, Urraca López de Haro, y por las maniobras en la sombra de la reina Leonor Plantagenet.

En la frontera con el islam, el cristiano Ordoño de Aza se verá atrapado entre la amistad con un andalusí, Ibn Sanadid, y la fascinación que despierta en él Safiyya, hija del rey Lobo y esposa del príncipe almohade Yaqub.

Esta novela por lo visto forma parte de una trilogía y es la continuación de La loba de al-Ándalus, que si lo llego a saber me leo la anterior primero, porque ésta me ha parecido impresionante. La narración de hechos históricos está documentadísima aunque, como ocurre en todas las novelas por muy históricas que sean, el autor siempre se toma alguna licencia por aquello de que la trama fluya mejor.

Estamos en el siglo XII, en esa época en que los reinos hispanos estaban divididos y guerreando entre ellos, y no había manera de poner en marcha la reconquista. Una época en la que los moros de al-Ándalus vivían en la Península Ibérica, con sus leyes y sus costumbres, pero que dejaban vivir y no molestaban demasiado. Y de repente cruzan el estrecho los almohades, diciendo que los moros andalusíes eran unos tibios y que eso no puede ser. Los almohades eran fanáticos, radicales y yihadistas, algo así como la versión medieval del Estado Islámico actual. De hecho, la forma de pensar y actuar de los almohades tiene una semejanza con el ISIS de hoy que da hasta miedito.

El rey de Castilla intentará por todos los medios unir a todos los reinos cristianos para hacer frente a los ejércitos almohades, hasta que llegar a la batalla de Alarcos, que resultó un verdadero desastre para los cristianos.

Leer sobre esta época en un libro de historia puede ser un tostón. Pero esta novela es de las que así como van avanzando te atrapan hasta el punto de no poder parar de leer. Una gozada de libro.

6 comentarios :

  1. Como soy medievalista, no me animo a leer ficción histórica medieval porque suelo estar sólo fijándome en los fallos y no puedo disfrutar el argumento como la pieza de ficción que es. Me alegro de que te haya gustado y haces que suene muy bien :)

    ResponderEliminar
  2. Hola^^
    Este tipo de libros no son de mi estilo y la verdad es que este no me llama la atención y dudo que me fuese a gustar mucho así que descarto leerlo.
    un beso!

    ResponderEliminar
  3. Irene, a mí me gusta mucho la historia y prefiero leer sobre estos temas en novela porque es más entretenido, aunque sé que los autores se toman muchas licencias a la hora de narrar los hechos. Ya me imagino que al ser especialista en el tema tú las pillas todas, y seguro que da rabia leer algunas barbaridades que deben aparecer en las novelas.

    ResponderEliminar
  4. MeriiXun, la verdad es que te tiene que atraer algo la historia para leer según qué novelas históricas. A mí me gusta mucho.

    ResponderEliminar
  5. Buenas tardes
    Tengo una duda
    Comentas que está novela forma parte de una trilogía que por orden cronológico y/o de edición es como sigue :
    La loba de Al Andalus
    El ejército de Dios

    Es correcto ??
    Pero, y la tercera ???
    La Hay ???
    Gracias y saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola,

      La tercera aún no ha sido publicada. Tengo entendido que el autor está trabajando en ella.

      Eliminar