Enda, un viaje hacia el pasado, hacia una época oscura en la que hombres y mujeres creían en gigantes y dragones; una época dura y real durante la cual las tribus que la poblaban se hubieron de enfrentar a invasores llegados de otras tierras.
Entre sus personajes sobresale la joven Endara, quien emprende un largo trayecto desde un valle perdido hasta la Montaña Sagrada, morada de la Diosa Madre Amari. Mientras, Ihabar lucha por ser reconocido como un gran guerrero, el escéptico Garr intenta olvidar la destrucción de su ciudad y la muerte de sus habitantes, el gentil Ozen espera el momento para vengar a sus padres y el dux Baladaste hace planes para adueñarse de Tierra de Enda.
Estos y otros configuran un mosaico sorprendente de personajes, tan creíbles ayer como hoy, que se debaten entre la lealtad y la traición, la libertad, la justicia y la servidumbre, de la pluma de la reconocida escritora Toti Martínez de Lezea que, una vez más, sorprende a sus lectores con un registro diferente, innovador y, sin lugar a dudas, muy atractivo.
Toti Martínez de Lezea es una de las mejores escritoras de novela histórica. A mí sus novelas históricas me gustan mucho. Pero la fantasía que la deje para los que saben. Ojo, no digo que Enda sea una mala novela, a mí me ha gustado, pero sinceramente no está al nivel de los grandes en fantasía épica. He leído varias reseñas en las que la comparan con George R.R. Martin y hasta con Tolkien, y nada que ver.
Enda se sitúa en una tierra que bien podría ser la de los antiguos vascones, en una época en la que se creía en dioses y seres mágicos. La mitología vasca es muy rica y Toti ha sabido crear una historia con varios de sus elementos. A la vez nos narra la unión de las diferentes tribus para luchar por su libertad, al verse acosados por un ejército invasor.
La novela es buena y entretenida, quizá en algún momento un poco repetitiva y el final lo he encontrado un poco acelerado, pero en conjunto me ha gustado.